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Apegos feroces

En estos tiempos reflexionamos sobre nuevos paradigmas de la maternidad. Vivian Gornick nos invita a pensarnos del otro lado de la moneda: ser hija, adulta, de una madre. Y a mirar una Nueva York de gente que comparte soledades.

Apegos feroces es la memoria de Vivian Gornick sobre la relación con su madre. Tenemos una lengua castellana especialmente avara con los vínculos familiares (existentes o perdidos): maternidad, paternidad, viudez, orfandad, hermandad… ¡Qué pobreza! Además la sociedad los ha (mal)definido y delimitado.

Las mujeres estamos enojadas en todo el mundo. Entonces, si nos falta y no existe, lo inventamos. ‘Hijidad de madre’ y ‘maternidad no deseada-materializada-presente’. Este libro habla de un lazo así.

APEGOS FEROCES – VIVIAN GORNICK

Vivian Gornick escribió en 2-3 años Apegos feroces, el mismo tiempo que, en las páginas, camina con su madre por las calles de Manhattan. Diálogos cargados de reproches, de viejas historias recontadas y repreguntadas, y discusiones sin tregua. Gornick a sus 45 años; su madre, a sus 77. El aire y los neoyorquinos apaciguan una relación difícil entre dos «campesinas urbanas».

Entre batalla y batalla, aparece un relato paralelo. El recuerdo de crecer (Gornick vivió hasta sus 20 años) en una pequeña comunidad de judíos inmigrantes –rusos y europeos– en el Bronx de los 40 y 50.

Cautiva la memoria vívida del barrio obrero de la infancia, que llegaba a Vivian a través de la ventana de su cocina. Extranjeros, el yiddish de distintos acentos, la ropa oreándose de muro en muro, las mujeres que bullen durante el día y la particular sociabilidad entre vecinos.

Su madre, incapaz de ser feliz y hacer feliz a nadie, representa una época de mandatos: esposa, ama de casa y madre. Pero se trata de una maternidad no deseada que nunca revierte; la frustración, tampoco. Desde ese lugar, se construye un vínculo sofocante, intenso y dañino.


KUBRIK: OTRO HIJO PRÓDIGO DEL BRONX

Entre 1945 y 1950, Stanley Kubrik fotografió NY, antes de entrar al cine. Véan su serie de lustrabotas en Graffica. 


La novela de V.G., ha comenzado a traducirse al español más de 30 años después de su publicación original. Su magnetismo se explica por su perfección narrativa y porque responde a temas que el feminismo actual exige y que absorbe de los movimientos anteriores.

Gornick no pretendía escribir sobre «madres e hijas«, solo sobre su madre. La novela declara con sinceridad: esta es mi madre, esta soy yo y esto somos nosotras juntas. 

Apegos feroces, desde el prisma de una hija madura, nos descubre el vínculo materno-filial ya no desde el afecto. Reconozcamos en la hijidad tanta complejidad como en la maternidad; y que son  muchas las cuestiones que las sostienen. Desromantizar, empatizar; aunque a veces duela.

-MALENA FERNÁNDEZ


VIVIAN GORNICK: UNA FEMINISTA URBANA

Gornick fue voz activa del feminismo estadounidense de la década del 70; que hacia los 80 se desvaneció. Aprendió a diferenciar las aspiraciones de los anhelos. Lo primero se acerca a la realidad; lo segundo, al sentimentalismo.*

Libros ambientados en el Bronx
Vivian Gornick (2018). Crédito: biblioteca mollat, Wikimedia Commons

Ha luchado con tres «métodos de salvación» (casi como excluyentes): el amor, la comunidad (el feminismo) y el trabajo. Con los años perdió su romance con todos; pero recordar las ideas de los 70 recupera  «el fogonazo vital del discernimiento».

GORNICK Y TENEMBAUM

Gornick y Tamara Tenembaum crecieron en barrios judíos y adoran la vida urbana: la primera se mudó del Bronx a Manhattan; la segunda, de Once a Capital Federal en Argentina. La periodista pregunta  a Gornick por la sociabilidad y el tipo de comunidad que existe en la apabullante e inmensa Gran Manzana.

la soledad de Nueva York
GEOLITERATURA URBANA DE GORNICK. ¿Lazos urbanos feroces como respuesta a una geografía urbana feroz? «En Nueva York, todos intentan expresarse como humanos en un mundo que hace todo lo posible para que no lo sean», dice Gornick. Foto: Manhattan, Christopher Burns / Unsplash

«Mi círculo se forma de íntimos, de conocidos y de periféricos. Todas esas conexiones son importantes y completan mi experiencia de vida. La ciudad es una multitud de personas, y todas se sienten solas. Pero en la ciudad la soledad se transforma en algo compartido».

APEGOS FEROCES: GPS


EL BRONX DE APEGOS FEROCES

El Bronx de los 40 hacía tiempo que era un barrio de extranjeros –europeos y rusos llegaron en oleadas migratorias desde antes de la I Guerra Mundial–. La mitad de sus habitantes eran judíos. Se urbanizó en manzanas por nacionalidades (alemanes, italianos, irlandeses, croatas).

bronx en los años 30
Gornick describe su antiguo barrio con apego del bueno. Av. Bathegate, Bronx, NYC, un diciembre de la década del 30. Foto: History Lovers Club

«Entonces, el Bronx era un típico municipio obrero, con fuerte sentido comunitario, de calles bulliciosas llenas de panaderías, carnicerías, ferreterías, costureros, fruterías, tabernas, ropa tendida en los balcones y vecinos reunidos en los portales».**

Actualmente, la ciudad de Nueva York alberga, en distintas zonas, la mayor población de judíos (por encima de Jerusalén) del mundo.

VISITAR EL BRONX

Uno de los 5 distritos del Estado de Nueva York (Manhattan, Brookling, Staten Island, Queens) y el único continental. Aún carga la mala fama que ganó en los 70. El historiador Lloyd Ultan asegura que ya no es así. Tiene más de 80 años, autor de libros y guías turísticas sobre un barrio que no dejó nunca. Sugiere entre los atractivos visitar la casa de Allan Poe. Ténganlo en cuenta para planificar un recorrido.

 

 

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* Basado en la nota de SIn Embargo / ** Una historia del Bronx 

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