«Miramos el mundo una sola vez, en la infancia. El resto es memoria», Louise Glück. A sus treinta años, Gabriel vuelve a Burundi y recuerda una infancia perdida en un país que sostiene con su memoria.
Pequeño país, de Gaël Faye: literatura africana para tolerar, conocer y amar un mundo que duele. Un libro que antes fue canción y después llegó al cine francés. Es de una dulzura infinita.
«No hay que dudar de la belleza de las cosas, ni siquiera bajo un cielo torturador»
PEQUEÑO PAÍS – GAËL FAYE
Gabriel, a mediados de los 90, es un crío de familia privilegiada que arrastra los pies descalzos robando mangos a sus vecinos y fuma a escondidas con su pandilla de amigos. Mestizo, ni negro ni blanco. Piel caramelo gracias a su mamá ruandesa -exrefugiada, tutsi- y su papá francés.
Burundés, aunque no tanto. Medio africano, medio europeo. Vive en Kinanira, lo que fuera una zona residencial de extranjeros acomodados en Buyumbura, la que fuera la capital de Burundi.


En 1993 los odios étnicos entre tutsis y hutus llevaron la guerra a Ruanda y a Burundi: los tutsis fueron sistemática y violentamente masacrados. Pero justo antes del infierno, Gaby era bastante feliz. Días calmos de un niño curioso de 10 años que va a colegio francés con chofer.
Hasta que la realidad le estalla encima, el miedo llega con las granadas y la brutalidad de la Historia destruye la suya, que es la misma.
La novela es dulce, tierna y bella; dramática, dolorosa y real.
No sobra ni falta una sola palabra. El ritmo es perfecto. Descriptivo en la medida justa para nuestra imaginación y ágil donde nuestro corazón no resiste más.
Lectores voraces, Pequeño país es de esos libros que querrán acabar en una noche. Aclaración: guerra y niñez pueden asustar a quienes no quieren sufrir. Son tiempos terribles para Burundi, pero Pequeño país se lee a través de los ojos de un niño que tardó en crecer y cuya mirada de la realidad muchas veces vela la verdad. Gaël Faye, gracias por la ternura y las lágrimas.
-MALENA FERNÁNDEZ
GAËL FAYE y PEQUEÑO PAÍS
Gaël Faye vive en París desde que huyó de Burundí. Rapero, escritor, tiene un programa de radio. Dice que el país que conoció nunca regresó y nunca regresará. Su primera novela, Petit pays, 2016, aparece en los exámenes del bachillerato francés.

BUENAS NOTICIAS: MÚSICA + LIBRO
Pequeño país antes de ser papel fue y es una emocionante y triste canción de amor. Alguien la escuchó en la habitación de su hijo adolescente y dijo: «aquí hay un libro». Está en YouTube.
BUENAS NOTICIAS: CINE + LIBRO
Tráiler de la película francesa Small country. El film se estrenó justo antes de la pandemia del covid-19 en París y debió suspenderse hasta mejores tiempos. Gaël Faye, como tantas otras cosas, superó la infección, escribió otra novela y sigue componiendo.
PEQUEÑO PAÍS, BURUNDI
¿Dónde está Burundi? Pleno corazón de África; rodeado de Tanzania, la República Democrática del Congo y Zaire; uno de los países más pequeños del continente y más pobres del mundo.
En la República de Burundi, excolonia belga-alemana, se habla en kirundi y en francés. Su historia moderna sigue el curso de la región -golpes de Estado, largos años de guerras civiles, presidentes eternos- con una tragedia reciente que comenzó hace 30 años: el genocidio tutsi, el más rápido de la historia.
Hipopótamos; tambores sagrados; cerveza de plátano; parques nacionales exuberantes; cocodrilos; el gran Lago Tanganica; extensas colinas verdes. Mucho campo, poca ciudad; chozas en rugo; pequeñas comunidades de pigmeos (los twa); tutsis y hutus con el resentimiento y el olor a muerte demasiado frescos.
Breve repaso de un territorio que incluyó a Nelson Mandela como intermediario de paz, que acaparó hasta hace poco los medios de comunicación por culpa de la furia y el horror, y que sigue allí por las injusticias y el hambre.
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Muy interesante. No sabia de la existencia de este pais. Otro niño mas con su infancia interrumpida por otra guerra estupida de etnias o religión
Lo interesante es que puede contarla, y lo mejor es cómo la cuenta. Encontrar lenguaje de ternura en el medio del odio es maravilloso.