La brujería, criminalizada durante la Edad Media por la Iglesia Católica, fue práctica «oficial» en Chiloé, Patagonia chilena, por varios siglos. Un libro que imagina la vida en la isla en el 1800 y una sociedad controlada por cofradías, clanes y caciques; y atemorizada por brujos, humanos y mitológicos.
El libro La Hermandad de la Casa Grande llegó a mí de una manera algo extraña (lo cuento al final) y por ello me atrevo a darles dos consejos. No la lean ni martes ni viernes, los brujos escuchan. Y coloquen, al menos, 4 elementos en la ventana: el trauco no podrá hacerles daño, sólo sabe contar hasta tres, así me advirtieron dos niños chilotes. Lugares y libros: Chiloé.
LA HERMANDAD DE LA CASA GRANDE – EDUARDO PÉREZ ARROYO
La Hermandad de la Casa Grande, una novela histórica con algunos nombres y hechos reales, mezcla elementos del nöir y fantásticos (Drácula resuena al final), verosímiles en un sitio que entendía/entiende lo mágico tan real como sus gallinas y donde, dicen, suceden cosas que la razón no siempre puede explicar.
El autor recrea un Chiloé cruel de fines del 1800, gobernado según sus propias leyes, ajeno al resto del país. Especialmente hacia 1880: al Estado chileno, concentrado en el norte durante la Guerra del Pacífico, poca atención ponía a sus remotos territorios del sur, a 3000 km de distancia.
La sociedad del archipiélago, organizada en una complejísima red de jerarquías autoelegidas, vivía bajo el yugo de dos o tres clanes familiares. Los cadáveres descuartizados eran tan corrientes como los relatos de hombres que volaban con piel de muertos.
SOBRENATURAL Y REAL: LOS BRUJOS
En paralelo a la realidad, Pérez Arroyo plantea lo sobrenatural: brujos humanos, cabeza de Hermandades y asesinos, y seres mitológicos. La Hermandad de la Casa Grande explica posibles orígenes de leyendas y criaturas integradas en la actualidad a la cultura chilota: trauco, imbunche, etc.
Pese a algunas inconsistencias y lo dificultoso a veces de hilvanar las coordenadas temporales en un libro zigzagueante en el orden cronológico, La Hermandad de la Casa Grande resulta una propuesta de reconstrucción demasiado interesante, que juega con la verdad y los mitos.
Por un lado, abordar el tema de los brujos de Chiloé desde la ficción –tratado en publicaciones académicas y periodísticas– le da acceso al lector común a una historia que es parte de Chile y saca a las islas de su injusta ignominia.
Por otro lado, la literatura fantástica y el realismo mágico surgen de categorizaciones que no representan a todos. En algunos lugares de África, América o Asia hablar de esto sería un absurdo porque espíritus, curanderos y hechizos coexisten con vivos, médicos y ferrocarriles.
Pérez Arroyo se introduce extraordinariamente en un pensamiento que no le pertenece y por tanto extremadamente complejo de transmitir.
Si solo hubiera inventado hechos, personajes y una trama con suspense, estaríamos ante una novela negra, histórica, más. Pero la voz verosímil que encontró el autor –ahí hay talento e investigación– suma una rara valía al libro La Hermandad: logra penetrar en una cosmovisión ajena, nos arrastra con él y nos muestra otras existencias.
Las 500 páginas de La Hermandad de la Casa Grande –suculentas y entretenidas–, sin que tradiciones y creencias justifiquen la violencia, validan diversas normalidades actuales y pasadas. Le dan identidad y peso propios a todas las naciones chilenas y nos interpela al «¿cómo es vivir en una isla?».
-MALENA FERNÁNDEZ
LA HERMANDAD DE LA CASA GRANDE – GPS
- Sección: VULNERABLES
- Dónde y cuándo: siglo XIX, con foco en 1880, Chiloé, Chile, América del Sur, América.
- Autor: Eduardo Pérez Arroyo
- Páginas: 500
- Año de publicación: 2021
- TEMAS: novela histórica, novela negra, religión, Historia de Chile; esclavitud; literatura federal, Patagonia, leyendas y mitos, cultura indígena, pequeños destinos, islas, literatura chilena, literatura latinoamericana, literatura americana.
JUICIO A LOS BRUJOS DE CHILOÉ
La Mayoría fue una cofradía criminal que terminó ante un juez cuando la situación se descalabró y la ola de muertes y chismes sobre brujería y magia negra le resultaron políticamente inconvenientes al Estado Chileno: el delito final fue asociación ilícita.
«Es una asociación secreta, compuesta en la generalidad de indígenas, y que tiene por objeto castigar a los que hacen mal, con arreglo a sus leyes. La pena común es la de muerte. Tienen sus corporaciones y éstas nombran sus jefes, debiendo existir un rey de la ‘Recta Provincia’, además sus ‘curanderos’.
Esto es lo más inhumano y terrible de esta sociedad de hechiceros, se valen de venenos para castigar a los que se muestran rebeldes a obedecer o pertenecer a la ‘brujería’, o para efectuar una venganza que cualquiera solicita. Hacen creer también a los ignorantes que los que pertenecen a la sociedad pueden transformarse en seres irracionales que pueden hacer muchos males a los que se resisten a obedecer a sus jefes”.*
MI HISTORIA PERSONAL CON EL LIBRO LA HERMANDAD DE LA CASA GRANDE
«¿Sabía usted que acá enjuiciaron a dos brujos? [Nótese que no son «dos personas por brujería», dice «dos brujos»]», me susurró alguien en la hostería de Chiloé donde me alojaba. «No. ¿Y todavía existen?». Tarda en responder. «… Sssiiií». «¿Y dónde puedo encontrar uno?». «No sé. Nunca lo necesité». «¿Pero son buenos o malos?». «No, hacen cosas malas».
Un rato después volvió. «Hay una persona que la puede ayudar, búsquelo en X, tóquele la puerta de su casa. Él le va a contar, él sabe». Encontré a ese hombre y me contó de los brujos de Chiloé; pero esa es otra historia.
Dos días después, en Castro, compré algunos libros sobre el archipiélago. Académicos. Una librera, antes de que me fuera, cuando yo estaba en la puerta, recordó: «No sé si le sirve, pero esto acaba de llegar en una caja». Y desenvolvió La Hermandad de la Casa Grande.
Noviembre, 2021. Dalcahue, Isla Grande de Chiloé.
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