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Libros Mozambique

Venenos de Dios, remedios del Diablo

VENENOS DE DIOS REMEDIOS DEL DIABLO

Un portugués y una hermosa mozambiqueña se enamoran en Lisboa. Ella vuelve a su África natal y desaparece. ¿Qué pasó con Deolinda?

Venenos de Dios, remedios del Diablo, bienvenidos a la magia de Mia Couto. El médico Sidonio Rosa busca a su amada en un pueblo de Mozambique que lucha contra una extraña peste. Lo reciben sus ¿futuros suegros?, dos viejos llenos de quejas y misterios.

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VENENOS DE DIOS, REMEDIOS DEL DIABLO – MIA COUTO

LITERATURA AFRICANA - MOZAMBIQUE - MIA COUTO«El médico Sidonio Rosa se inclina para atravesar la puerta con el respeto de quien entra a un vientre». Primeras líneas. Así comienza Mia Couto a desplegar su maravillosa prosa en la pequeña-gran novela Venenos de Dios, remedios del Diablo.

En Villa Cacimba, un pueblo perdido –ficticio– de Mozambique, una peste está causando estragos. Los enfermos desandariegos pululan sin destino ni razón. Sidonio Rosa, europeo, médico, blanco, llega muy oportunamente buscando a Deolinda.

En Lisboa, ella le había dicho: «Quiero ver mi mirada en tus ojos». Lo había empujado contra la pared, y él no había regresado más de ese abrazo.

Ahora su amada estaba desaparecida. El asunto parece caer en los padres de la joven, dos jubilados maltrechos que todavía no deciden si vivir o morir. Sidonio queda envuelto entre patrañas y bromas, juegos de palabras y sobrentendidos. La verdad tardará en llegar, ¿llegará?

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Maputo, la capital de Mozambique, es la ciudad más desarrollada. Beira, donde nació Mia Couto, la segunda.

Doña Munda, don Bartolomé y Sidonio son el centro de la historia: sus encuentros diarios se suceden como una larga escena teatral, sus monólogos fluyen sin respiro en una casa en penumbras y asfixiante.

Como Sidonio, queremos hallar a la africana pero el embrujo del matrimonio emborracha y los lectores nos olvidamos qué estábamos buscando. Son las flores de Doña Munda.

Todos los que aman los libros deben experimentar a Mia Couto aunque sea una vez, con cuaderno en mano porque tiene frases que merecen la eternidad.

-MALENA FERNÁNDEZ

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El escritor mozambiqueño Mia Couto, adorado en un país de tasas de analfabetismo altísimas y enorme capacidad de crear historias. Gran referente de literatura africana actual.

«En Mozambique lo que no se ve es más importante que lo que se ve».*

LIBROS EN ÁFRICA: VENENOS DE DIOS, REMEDIOS DEL DIABLO

Nadie mejor que este escritor para presentar a Mozambique: aquí no hay diferencia entre vivos y muertos, el futuro no es una preocupación, el tiempo es circular y las supersticiones son tan reales como el mar. Las creencias, las fantasías y lo mitológico forman parte de la cotidianidad.**

En esa atmósfera de ambigüedad entre la verdad y la mentira, la vida y la muerte, nos sumerge el africano; y quedamos tan confundidos como el doctor.

Cuando los secretos se develan y Deolinda deja de ser un sueño, el relato corre con más velocidad. La lentitud inicial hace que, por momentos, cueste sostener el propósito de la historia –¿dónde está Deolinda?– y puede que en alguna página el lector no recuerde qué hacía allí. Bueno, ese vértigo la logran los viejos con su yerno y Mia Couto con nosotros.

LITERATURA AFRICANA: MOZAMBIQUE

Hace 45 años Mozambique entró en las luchas por la independencia. Mia Couto estudiaba medicina en Maputo, tenía 17 años; dejó la Carrera y se unió a la guerrilla como periodista de un diario. Vio cómo mataron a los maestros, cómo dejaron una población analfabeta que prefirió olvidar y cómo destruyeron los libros.

La literatura mozambiqueña se está abriendo paso recién ahora. Una generación que habla portugués, que encuentra traductor y que quiere salir del silencio, está contando de a poco su versión no oficial de la historia africana.

* ENTREVISTA PARA EL PAÍS. // **Entrevista para El Cultural

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