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Entrevista a Giovanna Rivero

Entrevista a Giovanna Rivero

Autoras para conocer el mundo: Bolivia, uno de los países con mayor biodiversidad del planeta, y Giovanna Rivero. Todas sus vidas y todos sus paisajes subyacen en Tierra fresca de su tumba. El libro me sorprendió, me entristeció y me asustó.

Entrevista a Giovanna Rivero. Una conversación con una boliviana, latinoamericana, migrante: su geoliteratura; el mar; la Pachamama, el yatiri y la challa; la muerte y la tierra; y la bolivianidad ignota. “Las experiencias vividas atraviesan la literatura”, dice Lina Meruane. La geografía también, digo yo.

Raíz que busco y no encuentro, que vive oculta en los versos
que no escribo y que perdí.

Raíz dormida en la tierra. Raíz que enreda mis piernas
y me toca el corazón.

–»Raíz», Pedro Guerra

ENTREVISTA A GIOVANNA RIVERO I: SUS GEOGRAFÍAS

Tierra fresca de su tumba
Montero, Santa Cruz (la ciudad más poblada de Bolivia) y La Paz (capital administrativa).

MONTERO: TIERRA DE PROVINCIA

Giovanna se crio en Montero –entonces pueblo de provincia rodeado de mucha ruralidad, hoy ciudad agroindustrial– y fue a una escuela de monjas. Cuenta que, cuando viajaba a Santa Cruz, transitaba paisajes que parecía que eran nada pero eran todo. 

—De niña era todo un evento ir a Santa Cruz. Había que tomar el autobús con mucha gente, esperar a que se llenara y hacer 50 km de puro verde, animales, alguna casita. Para mí, era como un reflejo de cuadros que había visto alguna vez. Con la casita, la palmera; muy de las zonas orientales amazónicas, muy calurosas.

De joven huí –injustamente– del costumbrismo y busqué vivir y escribir en centros urbanos. Luego me reconcilié con mis orígenes y con ese costumbrismo; y fue muy liberador.

Bolivia multiétnico
Bolivia: multiétnico y plurilingüe (castellano y 36 lenguas indígenas oficiales)

«En mi niñez sentía asfixia existencial, no al clima: una falta de. Intuía que había otros mundos. El horizonte era amplio hasta donde se perdiera la vista, verde, precioso. Eso me daba respiración y al mismo tiempo se me cerraba la garganta porque me angustiaba, ¿hasta dónde llegará? ¿dónde termina?

Los recuerdos inútiles son los más hermosos. (…) Apoyé mi frente en la ventanilla para verlo mejor. ¿Se acabaría el mundo si caminabas y caminabas hasta el final?

«Humo», Giovanna Rivero

La salida a todo eso era levantar la mirada. Veía al cielo y me calmaba. Además las lecturas –las literaturas de mi abuela, cómics, literatura de las galaxias– eran un disparador para ir por más. ¡¿Cómo me estoy perdiendo todo esto que está ocurriendo por allá?!».

LA PAZ

A los 18 años se mudó a la La Paz. Fue un salto enorme: se encontró con la modernidad, el narcotráfico y su correlato («que ya había explosionado en Montero y lo había convertido en un abracadabra en ciudad»), pero también con otras cosas.

—Me cambió la percepción de la geografía y de las culturas bolivianas (multiculturalidad). Fue un shock: climático –muy hostil– y vincular –otras formas de relacionarse–. Tuve que adaptarme; pero en un momento de la vida particular, porosa y sin prejuicios.

Aprendí rituales que rara vez veía en Santa Cruz –de la Tierra, de la Pachamama–, secretos de la materia distintos de la alquimia de mi pueblo.

La Paz Bolivia
La Paz, a 3600 msnm, rodeada de montañas andinas. Al fondo: el Illimani, volcán emblema de la ciudad.

SANTA CRUZ DE LA SIERRA

Después de tres años que «marcaron su literatura para siempre», una crisis la hizo regresar. En Santa Cruz de la Sierra, terminó la carrera de Comunicación, se casó, dio clases y comenzó a publicar. Al mediar sus treinta, un nuevo cimbronazo la empujó a moverse: Las camaleonas. 

–La novela tuvo mucha visibilidad (2002). Fue catalogada como erótica cuando no era esa la intención. Quería mostrar la transformación de Santa Cruz que me estremeció –el auge del modelaje, la industria tan dura del cuerpo–y lo representé con una protagonista que es una modelo.

Bolivia Santa Cruz
Santa Cruz de la Sierra, valle y montañas donde se cree habitan ovnis. Amazónica, tropical, frontera con Paraguay y con Brasil, cada vez funciona más como destino turístico.

Las camaleonas Giovanna RiveroEscrita por una mujer, que además no pertenecía a ningún centro cultural hegemónico –que manejan el pensamiento, como La Paz–, Las camaleonas fue leída y subestimada.

Lo intuía pero no entendía el juego de poderes y prejuicios. Me dije que, si quería adquirir otras herramientas, tenía que estudiar y buscar otras posibilidades fuera de Bolivia. Me fui a Estados Unidos, el 4° capítulo de mi vida.


MEDITERRANEIDAD DE BOLIVIA

«Qué hermoso debe ser que el mar sea tuyo»

Cuando éramos chicos, metíamos los pies en los montoncitos de arena y amasábamos castillos. La lluvia se encargaba de diluir los castillos en el destino del agua.

«Dueños de la arena», Giovanna Rivero

–¿Qué se siente no tener salida al mar? [En disputa con Chile, guerra y La Haya mediantes, Bolivia perdió su acceso al Océano Pacífico] 

–De niña jugaba con mi amiga Alexandra a que íbamos de vacaciones a la playa. Usábamos arena que había en la vereda que venía de la construcción. Ese mundo inexistente se combinaba con otro: nuestras muñecas iban a la guerra para recuperar el mar.

Nuestros cuadernos escolares tenían el dibujo de un soldado surfeando el mar y decían: “el mar nos pertenece por derecho, recuperarlo es un deber”. Esto, día a día, creaba una idea del otro país.

playa boliviana
«Esta falta, el fantasma del mar, constituye una presencia; y es parte de la personalidad boliviana, de lo que somos». Foto: Perú le «presta» una playa a Bolivia para uso turístico, Boliviamar. Fuente: TURISMO POLÍTICO,  via Wikimedia Commons

Mi mente infantil pensaba desde lo físico: «¿y cómo se llevaron el mar?, ¿cuánto tiempo les habrá llevado en baldes, cisternas?«.

Hace unos años hicimos el proyecto colectivo «La matria» para reinventar la historia boliviana. El común denominador fue la herida del mar abierta. En nuestra refundación teníamos mar.

Giovanna vio el mar, por primera vez, en Estados Unidos. Se maravilló y le dolió. 


ENTREVISTA A GIOVANNA RIVERO II: TIERRA FRESCA DE SU TUMBA

En Tierra fresca de su tumba, hay un gótico que tensiona. Al mismo tiempo, fascina el abanico desconocido de espacios, personajes y circunstancias sobre Bolivia y sobre un tema tan actual: los migrantes.    

Literatura gótica latinoamericana
En la entrevista, Giovanna Rivero me descubrió una sabiduría sobre la tierra que supera mi propia sensibilidad y un vínculo que excede lo que imaginaba.

—El título me parece fuertísimo. Quería preguntarte sobre esta relación triangular entre la tierra –desde lo material e inmaterial–, la migración y la muerte.

—Gracias por notar ese Triángulo de las Bermudas donde uno se pierde. A muchas personas, a mí me pasa, ante la visión de un cementerio experimentamos una ambivalencia emocional. La asfixia y la nostalgia de las que hablábamos antes.

En el lenguaje popular se dice «partió a su última morada», el cementerio también es un hogar. Es un lugar donde se espera un descanso de esta tremenda tarea de vivir.

LA TIERRA: GÓTICA, ENERGÍA Y POLÍTICA

—Yo creo que el gótico es una relación nostálgica con la muerte. Está el miedo y ese misterio enorme que es la muerte, pero por otro lado está la idea de promesa.

Entrevista a Giovanna RiveroLa tierra ya estuvo antes en mi escritura. Fue parte fundamental de un libro para niños, La dueña de nuestros sueños, una suerte de retorno a mi Edén, el patio de mi abuela. En este caso la tierra es un portal a otra dimensión. Una tierra vinculada a la vida, más festiva que en Tierra fresca de su tumba.

En cambio, en los relatos la tierra es muy, muy, muy política porque la migración lo es. Es un cambio de suelo. Existe esa práctica protocolar que me llama la atención de líderes políticos o religiosos que cuando llegan a un país se arrodillan y besan la tierra. ¿Por qué?

Porque cada región, cada territorio, tiene un espíritu distinto; con el que a veces nos conectamos y a veces no.

LA TIERRA-MATERIA-ALIMENTO

—Es en este libro donde me hago más consciente de la importancia central que tiene para mí la tierra como materia, táctil. En Santa Cruz te venden tierra; nunca es la más fértil. Las personas expertas la sienten y saben si la tierra ha sido adulterada.

Giovanna Rivero, libros
«Me parece a mí que hay un saber que es casero y que es precioso de la tierra».

EL LIBRO EXPLOTA por la experiencia que tuve cuando lo enterramos a mi hermano Pablo. Los sepultureros trajeron tierra muy blanda, muy rica, que si fuera animal me la comería. Mi padre comía tierra de pequeño porque le gustaba, por los minerales.

Entonces, para mí, ese momento tan terrible donde el ataúd va bajando y siendo cubierto por esta tierra tan blanda y los vivos, parados, nos vamos hundiendo y siendo llamados por esa tierra, fue horrible pero amoroso. Fue un nacimiento cognoscitivo en la muerte.

—Relacionado con este gótico que referías, a mí me atemorizó –por este vínculo triangular– migrar y la Madre Tierra. ¿Tenías intención de hablar de temores o de la migración? ¿Y de relacionarlos? 

—No tenía ninguna intención de crear un hilo entre los cuentos, aunque nacieron en una época de mi vida muy sensible, de derrumbe de ilusiones, de madurez. Cada uno de ellos fue escrito sin proyecto de libro y nació de una manera diferente.

OKINAWA UNO

—En una reunión de reencuentro con mis excompañeras de colegio se despertaron recuerdos. Muchas de ellas eran descendientes de migrantes japoneses, internas. Apareció la idea de qué poco conocíamos de sus vidas en la colonia Okinawa Uno.

Fue mi compañera Keiko quien me dio información sobre aspectos culturales [forman parte de «Cuando llueve parece humano»] y sobre el deseo de sostener un hogar japonés en Bolivia. Fue revelador y un desafío. No se discute esa migración, no está en los libros escolares.

MANITOBA

—El cuento de las menonitas [«La mansedumbre»] surgió porque me atormentaba la noticia y yo pensaba cómo era posible que la otra bolivianidad supiera tan poco. Por otro lado me hacía preguntas sobre las que no tengo respuestas: ¿cómo se piensa una mujer menonita en términos de nacionalidad? ¿Se considera boliviana? ¿Qué significó no poder recurrir a la justicia ordinaria porque no hablan español?

Había un mundo sobre el que sabía tan poco y estaba a mi lado.

¿Por qué no formaron parte estos temas dentro de la bolivianidad? Los japoneses y los menonitas también son bolivianos; y ese también es el que me hace escribir.


LA PACHAMAMA

«Hay otros saberes a los cuales sólo puedo mirar con admiración».

—¿Qué es para vos la Pachamama?

—Gracias por esa pregunta. Me remite a ese primer shock cultural en La Paz donde entendí los rituales con la Tierra. Siendo del oriente boliviano –los prejuicios de una y otra parte–, «extranjera», muy jovencita, me permitió una mirada distante y cercana –tenía menos filtro–, curiosa y admirada.

«Se recomienda mucho andar descalzo en la tierra, porque su fuerza entra por los pies». Foto: canva.com

Cuando me vino una brutal depresión, que me hizo tomar la decisión de regresar a Santa Cruz, mi madre fue a verme a La Paz. Me dijo que íbamos a buscar un yatiri, un brujo aymara, para que me hiciera una limpia del espíritu, para que ese dolor se fuera.

El yatiri nos llevó al Valle de la Luna. Él hizo un ritual con la Pachamama. Era tan poderoso todo lo que hizo con la tierra, la challa. Las cosas que decía en aymara yo no las entendía, pero las sentía de verdad.

LA CHALLA

«El yatiri primero te hace una lectura de coca y, como si fuera un vidente o un psicólogo, te hace un diagnóstico para saber qué tipo de ritual tiene que hacer. Todo lo que me dijo era tan real, tan verdadero, tan descriptivo de lo que me estaba ocurriendo.

El yatiri
«El yatiri» (1918), cuadro del pintor boliviano Arturo Borda.

En la challa compartís un nutriente con la Tierra, que puede ser chicha, cerveza, alcohol, lo que sea que calme su sed. Porque le estás pidiendo algo a esa fuerza telúrica, un poder, y hay que dar algo a cambio.

Valle de la Luna (Bolivia)
«El Valle de la Luna, hoy un destino muy turístico, entonces era como adentrarse en La Paz profunda». Foto: canva.com

También recuerdo que sacrificó un conejo. Muchas veces pienso en eso y me estremece. Un conejo murió por salvar mi espíritu. Y eso es parte de la cultura andina. Hay otros saberes a los que sólo puedo mirar con admiración».

Así comprendí que la tierra no sólo era alimentar a las plantas, sostenernos parados, darnos minerales. Además, tiene un poder esotérico que me era invisible a los ojos, pero que yo lo pude experimentar en el cuerpo y en el ánima.

*Foto Giovanna Rivero by Natalia Chávez. Gentileza de la autora.

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1 comment on “Entrevista a Giovanna Rivero

  1. NORA CRISTINA GARCIA

    MUY BUENA NOTA. ME ENCANTÓ. YA LA CONOCÍA A ESTA AUTORA Y ES EXCELENTE

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