«¿Por qué en Cuba toman tanto? Porque no hay nada más que hacer», dice Ricardo y se sirve otro trago. Ron, jazz y drogas: noches y tardes en Cienfuegos al ritmo de un país único, desprolijo, mágico. A veces inentendible.
Sentada de su verde limón, de Marcial Gala, para buscadores de libros en la Cuba de los 90. Marcial, un escritor que me cae muy bien, los vivió; según él, la peor época en cuanto a la calidad de vida. Los fantasmas suplieron a la gente, la tristeza y la miseria rondaban las calles y el presente se veía incierto. El alcohol y el sexo ayudaban a sobrevivir.
¿Cómo se soportaban esos tiempos? La novela Sentada en su verde limón transmite excepcionalmente el espíritu con que se existía en la isla y apunta a Cienfuegos, una ciudad de provincia con fama de ser «la más limpia de Cuba», a 240 km de La Habana pero que casi nadie conoce.

SENTADA EN SU VERDE LIMÓN – MARCIAL GALA
Cuba se admira o se odia. Produce fanáticos y detractores. En este Cienfuegos corren el ron y las drogas como agua, se duerme hasta cualquier hora y no se piensa en nada más que en comprar más hierba y más ron, y en la muerte.
Harris, Kirenia y Ricardo; un saxofonista alcohólico y decadente, su joven novia poeta y el amigo pintor protagonizan una historia sin rumbo aparente, porque así es la vida en la Cuba del Periodo Especial. Días sin planes ni desafíos; desprolijos, intensos, al límite.
“Me dije, Harris, tu lugar está en Cubita la bella donde todo está roto y todo el mundo es un frustrado, así tu frustración no se echará a ver”

En el Malecón, en el Paseo el Prado y en el bar Palatino los artistas marginales pululan en la microesfera cubana buscando no saben qué.
Marcial Gala ya me había sorprendido gratamente con La Catedral de Los Negros, parte de su Trilogía Cienfuegos, capital del mundo (con Monasterio). Narra a su modo, con un lenguaje repleto de modismos del aquí y de hipertextualidades del allá. Un gran referente de la literatura cubana contemporánea.
El libro, polifónico –o collage, como dice Marcial–, habla de «temas universales (violencia, soledad, muerte) que se entrecruzan con historias y perspectivas imposibles de existir fuera del contexto cubano».*
Entonces, ¿cómo se entiende Sentada en su verde limón? No se entiende ni se juzga: se disfruta, se conoce y se aprende. Como Cuba.
-MALENA FERNÁNDEZ
MARCIAL GALA Y SENTADA EN SU VERDE LIMÓN
«De pronto fue una caída en flecha. La isla se volvió más isla todavía. Fue una época muy convulsa. Aparte sentías que a una persona que la estabas viendo hoy, por esa misma condición de espectro, podías no verla nunca más.
La presencia del otro era muy efímera; entonces debías disfrutar de esa presencia, porque no sabías si no la ibas a ver nunca más. Esa tristeza se refleja en la novela, como también el refugiarte en lo que da un placer inmediato, que es el placer de los sentidos y de lo sexual», explica Gala. **
SENTADA EN SU VERDE LIMÓN: GPS
- Sección: ISLAS | PAPEL CARIBE | VULNERABLES
- Autor: Marcial Gala
- Dónde y cuándo: Cienfuegos, Cuba, Antillas, América. Años 90.
- Publicación original: 2004
- Páginas: 120
- TEMAS / TAGS: nouvelle, diáspora antillana,música, jazz, arte, tristeza; adicciones, violencia, aborto, personajes solitarios, turismo musical, literatura cubana, literatura caribeña, literatura antillana, literatura de islas, literatura latinoamericana, literatura americana, literatura urbana, literatura federal, Caribe., Antillas, Cienfuegos, playa.
EL TURISMO DE SENTADA EN SU VERDE LIMÓN
Harris, después de recorrer el mundo, vuelve a vivir del dinero de los extranjeros. El turismo musical en Cuba aparece en Sentada en su verde limón.
En los 90 fue particularmente importante (Buena Vista Social Club tuvo mucho que ver con eso) y hoy persiste la atracción por ritmos del jazz al afro. En La Habana, pasen por el Callejón de Hamel para experimentar la cultura afrocubana en plena calle.
En el centro histórico de Cienfuegos, Patrimonio por la Unesco, el clásico bar el Palatino es un buen lugar para tomar un mojito, escuchar algún sexteto y esperar que llegue una agradable charla, aunque vayamos solos.
Para pensar en Harris (y en el Manco, el personaje real que solía tocar allí), y en Ricardo y en la Pájara Pinta y en los fantasmas.
SENTADA EN SU VERDE LIMÓN: LIBROS EN ISLAS
“Comprendí que había que irse de Cienfuegos, era necesario echar ancla en alguna otra parte pues la ciudad lo va asimilando a uno, convirtiéndolo en la nada”. Cuba: islas que inspiran ansias de huida, de ella y hacia ella.
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