Cine georgiano silencioso, con miradas y sacrificio en un minúsculo entorno de riesgo capaz de dar de comer.
La película Corn Island transcurre en una efímera isla en Georgia. Llamativa y real la existencia de trozos de tierra de nadie. Surgen de la noche a la mañana; son tan capaces de dar todo como de quitarlo. Y sin avisar. Interesantísimo cine georgiano.

CORN ISLAND, LA PELÍCULA
El río Enguri –límite y zona neutral entre dos estados en disputa: Georgia y Abjasia–, según la temporada de lluvias, puede crear de la noche a la mañana pequeñas islas, fértiles para el cultivo de maíz. Muchos campesinos de la zona dependen de eso para alimentarse durante los durísimos inviernos.
Pero las islas, nómades, desaparecen tan inesperadamente como aparecen. Quien encuentre una de esas minúsculas corn island será dueño de esa tierra mientras exista. Hasta aquí, un contexto real y un modo de vivir muy particular.
La película Corn Island cuenta la historia de un abuelo y su nieta huérfana, abjasios, afortunados con un hallazgo. Se instalan rápidamente y comienzan una brutal carrera contra el tiempo para que las mazorcas crezcan antes de que se las lleve la corriente.
CORN ISLANDS: REALES Y FICTICIAS
Estas historias ocurren, en el oeste de Georgia, donde el río fluye desde las montañas caucasianas hasta al Mar Negro arrastrando rocas y tierra fértil para el maíz durante la época de lluvias. Del mismo modo, la lluvia vuelve y traslada las islas a otro sitio donde quizá otro aldeano llega y empieza un nuevo ciclo de cultivo. Alcanzar a cosechar es vital.
Imposible filmar en escenarios reales, por lo impredecible del clima. Se trabajó con islas artificiales construidas en un lago. El maíz se transportó en diferentes estadios (no podían esperar al crecimiento natural).
Las imágenes se concentran en estas dos personas –solas, aisladas, con sus miradas y sus silencios– y en la isla, donde las tomas aéreas dimensionan y resignifican el breve espacio que ocupan.
Y, como un eco lejano, la guerra: un enemigo invisible acechando en el bosque frente a sus narices. Las patrullas de soldados (rusos-abjasios vs georgianos) recuerdan que, además de las tormentas, los protagonistas enfrentan otro contexto violento, que seguramente no eligieron.

La isla representa refugio de los humanos, fuente de supervivencia y desesperante vulnerabilidad frente a una Naturaleza que toma sus propias decisiones. Punto central de la película georgiana, conmovedor.
Trama sencilla, nada insignificante. Temas transversales complejos. Filmación estupenda. El final… hay que verlo: escena magistral. Gran película. Aplausos.
- Producción: Georgia (2014, სიმინდის კუნძული)
- Dónde y cuándo: río Enguri, Georgia; Eurasia. Probablemente contemporáneo al film.
- Dirección: George Ovashvili
- Guion: Roelof Jan Minneboo, George Ovashvili, Nugzar Shataidze
- Duración: 101 minutos.
- TEMAS / TAGS: drama, supervivencia, personajes solitarios, naturaleza, vida rural, pequeños destinos, adolescencia, vejez/ madurez; abuelos y nieto(a)s, Abjasia, guerras, conflicto Georgia-Abjasia, Cáucaso, pequeños destinos, cine georgiano, cine europeo, Eurasia.
PARA QUIÉN Y POR QUÉ VER CORN ISLAND
Dicen que no es cine para cualquiera. Definamos cualquiera: no es una película de amor, ni un policial, ni bélica, ni de espías, ni típicamente evasivas, ni, ni, ni. Corn Island tiene personalidad y estilo propios.
El film está hecho de silencios, de ojos y de manos. Nos recuerda que en el mundo se libran batallas simples que pueden convertirse en catástrofes individuales. Estamos rodeados de enemigos y aliados de todo tipo, en todo el planeta.
¿Cómo verla? Por Filmin (para suscriptores). Tráiler aquí.
ABJASIA
El pueblo abjasio, etnia antiquísima, vive en la autoproclamada República de Abjasia (la mayoría de la comunidad internacional la considera territorio georgiano). La diáspora se ha repartido principalmente entre Rusia y Turquía.

El conflicto con Georgia lleva siglos y recrudeció con la caída de la URSS. Por razones económicas, Rusia apoya a Abjasia.
La frontera entre ambos se encuentra custodiado por soldados, y los países se conectan por un puente sobre el Enguri. La tensión no ha aflojado. Algo sobre esto se menciona en la novela La octava vida para Brilka (literatura georgiana actual).
LA VIOLENCIA EN BOKEH EN CORN ISLAND
El director, en una entrevista, reconoce que intencionalmente saca de foco la violencia amenazante en la película y en su país. La deja fuera de plano, en bokeh, porque es su modo de ver la vida y su elección para comunicar sobre el tema. Hablar sin hablar, mostrar sin mostrar.
FRAGMENTOS
LO QUE SIGNIFICA PARA UN GEORGIANO LA DIVISÓN
Para el director George Ovashvili, el conflicto territorial es tema recurrente en tres películas. Dice que son una suerte de «trilogía emocional sobre la historia reciente de mi país».
«Para mí, es una razón emocional. El conflicto dividió a mi país en distintas partes; y somos los ciudadanos los escindidos en partes. Esto propició un profundo problema psicológico. Cuando sientes que tu país no es uno, es verdaderamente duro y difícil.
Este es ahora [2014] uno de los problemas centrales y más dolorosos de Georgia. Nuestro territorio está ocupado por Rusia. Cuando empecé la película tenía la idea de hablar desde afuera; pero cuando la terminé sentía que había dejado escapar emocionalmente algo». (Entrevista para Cine maldito; editada del original.)
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