Desierto de Atacama, el segundo más árido del planeta. Gigantes de hierro oxidado se funden con la arena. Ruinas de un mundo abandonado que floreció donde no había nada. En el purgatorio hubo mucha vida. Algo resiste a no bajar los párpados para siempre.
La visita a las salitreras de Iquique debería estar en esas listas qué hacer antes de morir. Algo mitológico, mítico, mágico ocurre en el Desierto de Atacama. Las Oficinas Humberstone y Santa Laura, sobrevivientes entre centenares que llegaron a existir en el Norte Grande de Chile, colaboran con su mística.
¿Cómo es posible que de las entrañas del infierno surgiera un Imperio que dio de comer –literalmente– a medio mundo? ¿Cómo, en esta geografía endemoniada, se forjó un gran hogar amado por miles de familias?

En esta nota: info de la visita, historia exprés y mi experiencia del viaje. Plus: recomendación literaria salitrera «del desierto más cabrón del mundo».
VISITA A LAS SALITRERAS HUMBERSTONE Y SANTA LAURA
Las dos salitreras, separadas 1,5 km, forman un complejo urbano-industrial; un campamento minero. Recorrerlo completo lleva varias horas caminando, al aire libre, con zonas de descanso y algo de sombra.
- CÓMO IR. Desde Iquique o desde Pozo Almonte; 40 y 50 km por carretera. Bus (Iquique-Pozo Almonte, avisar al conductor, no deja exactamente en la puerta), auto particular, taxi, colectivo (taxis compartidos) o tour con agencia (amplia oferta en Iquique).
- CUÁNTO DURA. Por cuenta propia, desde 1/2 día a día completo ambas salitreras.
- VENTA DE TICKETS. Directo en Humberstone. Billete único para ambas.
- ESTACIONAMIENTO GRATIS, BAÑOS Y VENTA DE SNACKS/BEBIDAS/ARTESANÍAS. No está permitido hacer picnic ni llevarse comida (conversable con los guardias).
- CONTACTO. El Museo del Salitre en Iquique no atiende al turismo. Por correo son muy atentos y ágiles en las respuestas.
- CLIMA. Lleven protector solar, agua y cúbranse la cabeza.
- GUÍA. Cuenta con cierta señalización como museo. No hay guía ni audioguía; sugiero contratar uno externo si les interesa una visita menos superficial.



- HUMBERSTONE. Dedicada a la vida cotidiana no laboral (eran campamento-ciudad). El predio más grande de ambas salitreras y el más popular por sus edificios emblemáticos: casas, iglesia, teatro, hospital.
- SANTA LAURA. Dedicada a la fabricación del salitre. Predio pequeño.
EL SALITRE: ABONO Y PÓLVORA
¿Para qué se usaba el salitre? Como fertilizante alimentó a buena parte de la Humanidad (Europa y EE.UU. principalmente). Como materia prima de la pólvora, destruyó a buena parte de ella.
Como producto de una industria y de un transcurrir aislado del resto del planeta, engendró la figura del pampino. En sus orígenes –inhumanos, durísimos y sin leyes (llegaron en 1929)–, mató a muchos de ellos y deterioró su salud. Cuando evolucionó, los campamentos daban una tranquilidad que compensaba la poca paga.
«La explotación de las salitreras fue más dura, mucho más devoradora de vida que la guerra», Gabriela Mistral. Conoció Humberstone en 1938.
INDUSTRIA SALITRERA
La minería del caliche se expone en la visita a Humberstone-Santa Laura (sistema de paradas, Shanks, etc.). Hubo tiempos manuales y otros mecánicos. La tecnología, el ferrocarril y las huelgas produjeron cambios importantes para los trabajadores y para la fabricación del salitre.
Inicio y auge (1830-1930). Los españoles sabían del salitre como explosivo: hacía siglos que los chinos lo usaban para entretenimiento («fuegos artificiales») y después para la pólvora. Durante el Virreinato explotaron –rudimentariamente– los yacimientos en Tarapacá y Antofagasta.
La «fiebre del oro blanco», en tiempos postcoloniales, llegó con la demanda externa y la producción a gran escala.
El salitre desencadenó la guerra del Pacífico. Las salitreras se ubicaban en territorios peruanos. Bolivia, Chile y Perú se enfrentaron por el Norte Grande, circa 1880. Resultado: ganó Chile. Las luchas proletarias fueron otras y no distinguieron nacionalidades.

Decadencia (desde 1920). El salitre sintético alemán (I Guerra) provocó un paro cardíaco en el Desierto de Atacama. Competencia irreversible. Con la Gran Depresión de 1930, las exportaciones se fueron a pique. Paulatinamente se derrumbó un Imperio, una Era y una forma de vida única en el mundo.
Humberstone y Santa Laura pertenecen al auge del ciclo salitrero. Fueron paralizadas en 1960. En Antofagasta, Santa Elena es la única salitrera en funcionamiento.

150 años de historia. Más de 300 salitreras. Miles de habitantes. Con el desmantelamiento de las Oficinas y el éxodo masivo, se enfrentaron a nuevas geografías y carencias.
SECRETOS DEL DESIERTO DE ATACAMA: ORGULLO PAMPINO
Alrededor del salitre se construyeron cultura, identidad y lenguaje propios. Mientras se despoblaban las mineras, el pampino lloraba. Quedaba cesante, sin hogar y huérfano de valores.
«Los campamentos se formaron por la distancia. Transmiten tristeza; pero vivir en ellos era tan distinto a la realidad que se piensa. Había una vida familiar tan fuerte, lazos de amistad, de respeto al vecino, de convivencia; tal vez más relevantes que el dinero». *
En los campamentos se fusionaba lo laboral, lo personal, lo familiar y lo social. Las personas nacían, iban a la escuela, jugaban, crecían, se enamoraban, tenían hijos, trabajaban y fallecían en las salitreras. Se movían en el desierto entre una Oficina y otra. Muchas veces, su única forma conocida de existencia.
Ser obrero del salitre era gentilicio: «soy salitrero, pampino y victoriano», decían con orgullo desde la Oficina Victoria.
SALITRERAS Y LITERATURA
Si alguien sabe acerca del Desierto de Atacama y de las salitreras, es el escritor nortino Hernán Rivera Letelier. ¿Qué es para él? El purgatorio.
«El desierto está hecho de dos inmensas nadas: nada abajo (ni siquiera una mala yerba) y nada arriba (ni siquiera una nubecita expósita), divididas por una raya imaginaria llamada horizonte. Ahora, ¿cómo se describe un paisaje donde no hay nada con palabras, con poesía? Eso es lo que he tratado de hacer en mis novelas: florecer ese desierto, el más cabrón del mundo».**

Recomendación: La Reina Isabel cantaba rancheras (prostitutas y mineros en el ocaso salitrero) y Santa María de las Flores Negras (matanza obrera, Iquique, 1907).
«Yo estaba en el salitre, con los héroes oscuros. Ellos me dijeron: «Mira, hermano, mira cómo vivimos aquí en Humberstone, aquí en Mapocho. Adonde tú vayas habla de estos tormentos, de tu hermano que vive abajo, en el infierno»». Pablo Neruda, «Los hombres del nitrato».
VISITA A LAS SALITRERAS: FASCINANTE
Humberstone y Santa Laura superaron mis expectativas, que ya eran demasiadas. Un día fue insuficiente: me echaron, literalmente. Sentí esa geografía única, la nada de Letelier; comprendí algo más la esencia del pampino; y dimensioné la Era del Salitre. Develé algunos misterios del Desierto de Atacama.

«Vengo a mostrarle a mi hijo la casa donde crecí, estaba frente a la pulpería cruzando la plaza».
«Quisiera encontrar la partida de nacimiento de mi mamá, pero la iglesia desapareció. No queda nada».
Me emocionaron los zapatitos y juguetes de los niños. Admiré el ingenio del salitrero –además de su entrega física– para inventar infancias y un mundo entero con arena y hierro. Humberstone y Santa Laura registran una parte de la Historia de la Humanidad y representan valores humanos, científicos y económicos. Asegurar su perpetuidad importa. Nuestra visita a las salitreras, humildemente, ayuda.
Que no se esfume la Era del Salitre, que el desierto no se la devore.
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Hola! excelente relato y excelente guía para el recorrido que pretendo hacer el siguiente mes a Iquique. Sólo tengo una pregunta: ¿fue difícil el retorno a iquique en bus?
He leído comentarios que es difícil conseguir un bus de regreso. Espero ansiosa tu respuesta. saludos desde Perú.
Hola, Liliana. Qué bueno irás a Iquique y a las salitreras (uno de los sitios más especiales que conocí). Lo del bus mejor les preguntas a los del Museo del Salitre info actualizada. Son superamables. La página no funciona (al menos hoy); pero te dejo el correo de la persona con quien me comuniqué: echeverria.olivares@gmail.com Se llama Patricia Echeverría Olivares. Cualquier otra cosa que necesites, aquí estoy. Saludos a ti y al querido Perú y su gente. Malena