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Cometierra

Cometierra Dolores Reyes

Una piba y un pibe del conurbano de Buenos Aires –hijos del femicida de su mamá– sobreviven solos y desamparados. A ella, a Cometierra, le fue dado un don: conectarse con muertas y desaparecidas; y encontrarlas.

Cometierra de Dolores Reyes: gran libro –de ficción– para que los chicos y jóvenes puedan hablar de una realidad –real (soy redundante adrede)– aterradora y de un sistema que no se preocupa por nadie: la violencia de género. ¿Qué sucede con los hijos e hijas de los femicidas? Una de ellas protagoniza esta historia.

«La lengua de la bronca y del dolor de los pibes por las violencias que reciben es la que habla en la voz de Cometierra».¹

COMETIERRA – DOLORES REYES

Cometierra vive en las periferias de Buenos Aires; con su hermano, el Walter. Dejó la escuela. Su padre los abandonó. A su madre, a su maestra, a las vecinas, a las hijas de las vecinas, a mujeres que no conoce, las asesinaron.

Todos los días nuevos cartelitos empapelan postes y semáforos con una cara y un número de teléfono. Nadie busca a las víctimas. Nadie las encuentra.

Dotada de una percepción paranormal, la protagonista las sueña –a veces vivas, a veces muertas–: para eso necesita comer tierra. Los familiares –abandonados por un Estado ciego, sordo y mudo– le piden ayuda. Cometierra no puede negarse. Además necesita dinero porque en la barriada «hay que parar la olla».

«Eso, de que la adolescencia se extiende hasta los 30 años o más en los sectores medios, acá no existe».²

Dolores –acompañada de Cometierra y, ahora, de su continuación, Miseria– no ha dejado de dar entrevistas y charlas: desde la Villa 31 y Fuerte Apache a la provincia argentina de Neuquén; desde la ciudad mexicana de Guadalajara a Estocolmo.

Éxito de críticas y de ventas; lo cierto es que muchos adolescentes –y adultos– están leyendo Cometierra: lenguaje, música y circunstancias que les pertenecen. Ingresan como protagonistas y testigos de una historia que viven a diario.

Dolores Reyes no desarrrolla detalles excesivamente sensibles en relación a las violencias. Su novela denuncia crímenes y responsabilidades de sistema policial-judicial-gubernamental que no protege, no castiga y no enfrenta las escalofriantes estadísticas de femicidios.

NÚMEROS. En Argentina, muere una mujer cada 29 horas en contextos de feminicidios. Un tercio ocurre en provincia de Buenos Aires. En 2022, 341 hijos e hijas –el 65% menores de edad– se quedaron sin madre (4).

En Cometierra tiene que venir una piba mágica y desamparada a colaborar con un CSI-Unidad de Víctimas Especiales: Conurbano Bonaerense acéfalo y off line. El mismo que la abandonó.

-MALENA FERNÁNDEZ


DOLORES REYES Y COMETIERRA

A una Dolores Reyes de 16 años, embarazada, la echaron de su casa. No volvió más. Tiene 7 hijos, vive en Caseros y trabaja en Pablo Podestá como docente. Además, editora en Sigilo y escritora. Experiencia con pibas y pibes le sobra.


GEOLITERATURA DE DOLORES REYES: TELÚRICA Y ANTIHEGEMÓNICA

La tierra te quita, la tierra te da. 
"Mi tierra"

La tierra no olvida así nomás el pasado³. La tierra es tumba, se adueña de los cuerpos. Pero la Pachamama le habla a Cometierra. Cuando traga tierra, la invaden las desaparecidas –atadas, ahogadas, con ojos moretoneados–; las siente, las olfatea y las devuelve a sus seres queridos. En la novela de Reyes aparece una conexión telúrica muy fuerte, física y emocional.

Sus compañeras de la escuela donde trabaja (a una cuadra están enterradas dos chicas asesinadas a quienes les dedica el libro) curan a través de medicida y sabiduría ancestrales: el empacho, el mal de ojo, las malas energías. Dice que es muy característico de 3 de Febrero*, su geografía.

"El problema de los estereotipios no es 
que sean falsos. 
Es que son incompletos". 
-Chimamanda Ngozi Adichie.

Orillera y federal. Cometierra corre el eje de la imagen bella de la Argentina hacia aquellas personas y geografías más abusadas e ignoradas.

ARGENTINA: PAÍS GRANDE, CENTRALIZADO Y HETEROGÉNEO. Foto (Read&Fly): Mar del Plata, típica ciudad de turismo nacional de la clase media.

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NACE UNA HEROÍNA

En una escuela tapatía, los alumnos esperaron a Dolores con «un cementerio con cruces y botellas regenteado por una Cometierra local». Participó de su radio en vivo; y le mostraron todos los trabajos que habían hecho con los personajes de la novela»¹.

Entre las muchas consecuencias extraordinarias de Cometierra, está la nueva ídola juvenil. Un abismo –sano, transformador, aunque muy triste–, con las superheroínas y princesas de Disney. Gracias, Dolores.

EXTRA: soft, sin el trasfondo negro de Cometierra; un tradicional, lógico y tradicional policial juvenil: La hora pico de la italiana Nora Venturini. Crímenes a la romana.

PURITANA Y NEGADORA

Un grupo de padres de una escuela media de Neuquén se escandalizaron porque sus hijos estaban leyendo «pornografía» (refiriéndose a Cometierra); maestras censuradas y/o echadas.¹. Entre la «pichila» de la paupérrima educación sexual familiar y/o escolar y Dolores Reyes hay años luz.

¿CÓMO HABLAR DE FEMICIDIOS con los adolescentes? Con el libro Cometierra de Dolores Reyes. Familia, amigos y escuela.

REFERENCIAS Y ENLACES

¹Columna de Dolores Reyes en El Diario Ar 
² D.R. Entrevista para revista MU.
³ «La mansedumbre». Tierra fresca de su tumba, Giovanna Rivero.
 (4). Informe la Casa del Encuentro
* Entrevista para El Mostrador

 

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