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Qué hacer en Ámsterdam

Ámsterdam imprescindible

Canales, bicicletas, sexo, marihuana y el refugio de una adolescente judía que escribió un diario: el ABC de un viaje exprés por una ciudad especial, que se recorre como una isla pero cuyos límites son fáciles y lindos de cruzar. Guía básica y sugerencias fuera de radar.

¿Qué hacer en Ámsterdam? En cualquier (¡CUALQUIER!) sitio de recomendaciones encontrarán una lista breve: barrio rojo y casco histórico, canales y cruceros, Coffeshops, Isla de los Museos, la Casa de Ana Frank y andar en bicicleta.

Para 3-4 días (promedio de estadía en Ámsterdam) funciona la ckeck list en un centro compacto. Si madrugan y se organizan, podrán cumplir jornadas intensas del, en términos actuales, Ámsterdam imperdible.

ÁMSTERDAM DEL 1600. Postal. De día o de noche, a pasos de la Estación Central: casas históricas enfiladas que solidariamente se mantienen en pie. Pertenecen a la Edad de Oro de lo que alguna vez fue un pueblo de pescadores y se convirtió en el siglo XVII en potencia marítima y una de las más ricas del mundo.
ESTACIÓN CENTRAL. «Base de operaciones» y gran centro comercial (tiendas, bares, restaurantes, mercados, discotecas). Desde aquí: tranvías, metro, trenes y ferris. Conexión con Aeropuerto de Shiphol. Detrás del edificio, el río IJ, cruceros internacionales y Noord-Amsterdam. Delante, tours por canales y, a pocos metros, el Palacio Real.

En esta nota, Ámsterdam urgente –el de Instagram y Tripadvisor– y otro con ideas para curiosos, flâneurs, reincidentes o quienes dispongan de varios días en la ciudad

QUÉ HACER EN ÁMSTERDAM: IMPRESCINDIBLES

LO PRIMERO ES LO PRIMERO, antes de devorar como langostas la ciudad.

ANA FRANK. Las entradas NO se venden en la Casa ni en el momento. No hay chance. El primer martes de cada mes se libera la venta para el siguiente y se agotan rápidamente. Detalles de la visita: aquí. 

VAN GOGH. Menos anticipación según la temporada, pero a no relajarse.

3 DÍAS EN ÁMSTERDAM (TÍPICOS)

Preciosa noche en el centro de la capital de los Países Bajos, una de las más turísticas del planeta. Un bote iluminado –no es el único– con pasajeros felices navega por un canal. Sobre él, en un puente, una fila de personas esperan para tomarse una foto con una bicicleta decorada con flores artificiales.

CAE LA NOCHE en Ámsterdam frente a la Casa de Ana Frank, las luces de colores y la luna reflejadas en el agua nos regalan la imagen más romántica.

Seguramente estos visitantes ya han caminado por la orilla del agua una y otra vez, admirado la pintoresca arquitectura, experimentado cannabis en The Bulldog –la cadena más popular de Coffeshop, aunque hay muchas opciones–, visitado alguno de sus excelentes museos y aprovechado un city, boat o bike tour. Si no lo hicieron aún, lo harán en los próximos días.

A) CANALES Y CRUCEROS

La Venecia del Norte se organiza en 7 distritos con sus propios barrios y 160 canales. Tranquilos, tres días en Ámsterdam alcanzarán para uno –el centro– y algunos canales que deben visitar de día y de noche; por tierra y por agua. Cada vez será una experiencia única.

Excursiones en barco: (casi) infinitas. Decenas de empresas. Puntos de salida, circuitos y duración variables. Privadas, grupales, personalizadas, diurnas, nocturnas, cubiertas, descubiertas, de una hora, de tres, con degustación de vinos y queso, con cena…

¿Qué crucero tomar? Depende del clima y del tiempo y presupuesto que dispongan.
El estándar ronda los 15 euros, 1 hora.

MI CRUCERO EN ÁMSTERDAM

Con Stromma desde el Rijksmuseum: el Open Boat Tours.

Sin reserva (octubre, temporada baja y lluviosa), directo a la salida del museo.

Pequeño bote abierto (gracias a un sol milagroso) para grupo reducido.

Recorrido superamplio: canales habituales y otros donde grandes cruceros no van. Casas históricas, houseboates, bellos puentes, zoológico; hasta navegar por el IJ.

Nuestro capitán neerlandés fue un estupendo guía (en inglés). Simpático, contador de anécdotas y bromas, y dispuesto a alargar un paseo precioso.

2 hs sobre los 75 minutos previstos.

LOS MÁS LINDOS 

Probablemente se enamoren de los canales Prinsengracht y Kiezersgracht y del microbarrio 9 Calles (Patrimonio de la Humanidad) en Jordaan.

El Happy Bookieman de una tienda, con libros afuera listos para ser leídos aunque esté cerrada, eligió para mi espera «Autobiografía de la Yogui» sin que yo diga una palabra.

Una librería muy especial.
Mañana en 9 Calles (Negen Straatjes)

B) BARRIO ROJO

La prostitución –legal y regulada en Ámsterdam– se ejerce en el Red Light dentro de locales (no en la calle) de 8 AM a 6 AM; curiosamente resulta atractiva como en ningún lugar del mundo. Vinculadas a lo marginal, sórdido y violento (especialmente para las trabajadoras), nadie va «de visita» a zonas rojas.

En Ámsterdam, circulan por el distrito –céntrico y seguro, aunque no todo el mundo se siente cómodo– gente de todas las edades, incluidos menores.

Semáforo del barrio rojo de Ámsterdam: los faroles indican quién presta el servicio.

Mujeres cis (rojo), transexuales (azul) y travestis (púrpura) se exhiben abiertamente detrás de escaparates; a los que está prohibido tomar fotos. La ventana vacía indica que está trabajando. Además, hay sex shops, bares, hoteles, clubes de striptease y los Museos Erótico y el Red Light Secrets.

DAM SQUARE

Plaza Dam, Av. Damrak y Palacio Real (no residencia; visitas: en la web): punto de partida hacia peatonales y zonas hipercomerciales. Atraviesen el Beurspassage, preciosa galería con techo abovedado, hacia la concurrida calle del otro lado. ¿Qué hay? ¡Quesos!

C) ISLA DE LOS MUSEOS

La colección del Rijksmuseum atesora arte holandés. La estrella: «La Guardia Nocturna», gran pintura de Rembrandt. El retrato de Van Gogh y «La lechera» de Vermeer («La Gioconda del Rijks») traccionan filas de público. Dado lo voluminoso del museo, conviene revisar los destacados para optimizar el tiempo. Entrada incluye audioguías y guardarropa. Además, hay lockers (con monedas) y restaurante/cafetería en el vestíbulo central.

Interesantes: la biblioteca de fines del siglo XIX (video: aquí), las Casas de Muñecas para Damas y el buque de guerra holandés (modelo) construido en un astillero en 1698, todo un símbolo en un país de larga historia marítima y de conquista del océano.

TIPS

Tranvías 2 y 14, recorridos útiles para cubrir algunas atracciones.

Alcohol, en bares. Ni en vía pública ni en Coffeshops.

Fuera del cannabis, no están permitidas otras drogas.

Baños públicos: en Estación Central (con monedas) y en Vondelparkt (gratis).

ÁMSTERDAM MÁS DE 3 DÍAS

MÁS ATRACCIONES

Begijnof, curioso barrio para mujeres religiosas solteras, con jardines internos y la casa más antigua de Ámsterdam (1300). Gratis, semiescondido, público.
Mercado flotante de flores y ferias callejeras

MÁS MUSEOS 

En el centro:

Museo de Street Art: STRAAT. Espectacular muralismo. En ferry Estación Central – NDSM, 15 min.

En Noord-Amsterdam, con ferries gratuitos (distintos para cada uno) desde Estación Central:

MÁS DISTRITOS 

ZUID

Vondelparkt: el parque urbano de Ámsterdam cerca de los museos

OOST

NOORD. Atractivo polo cultural.

¿DÓNDE VER MOLINOS EN ÁMSTERDAM?

En Zandaam recrearon una aldea holandesa: Zaanse Schans. Los molinos históricos, Patrimonio de la Humanidad, los encuentran en Rotterdam.

Kinderdijk: escapada del día por cuenta propia.

Si no pueden ninguno de los dos, siéntense por cerveza y quesos en Brouwerij ‘t IJ De Molen bajo las aspas y afirmen que vieron un molino en Ámsterdam. Enfrente, hay un excelente restaurante para veganos, vegetarianos, celíacos, etc.

ÁMSTERDAM ME ABSORBIÓ

Ella a mí, no yo a ella. A veces sacándome energía con su intensidad; otras, dándomela con sus particularidades. Los latinoamericanos nos embobamos con Europa; y con sitios especiales aún más: no tenemos un Ámsterdam ni una Venecia. En ocho días cumplí con algunos must.

Visitar la Casa de Ana Frank me conmovió profundamente. Me perdí, lamentablemente, el museo Van Gogh y, con la marihuana ajena las 24 hs, me sentí realizada.

Agradecí pisar una ciudad segura, puntual, con impecable transporte público. Aprendí a cuidarme de los amos de la tierra: las bicicletas. Admiré la resiliencia de Holanda postbélica y su firme carácter sustentable.

Encontré lo que buscaba en Ámsterdam: qué la convierte en Primer Mundo. En este sentido visitar la Biblioteca fue central: un país que genera igualdad de oportunidades y sus ciudadanos las aprovechan.

Ampliando miradas con los ojos de Jan is De Man en el STRAAT.

Honestamente, rechazo las multitudes –Ámsterdam araña el top–; no las propias de ciudades densamente pobladas. Lo resolví alojándome fuera del centro, disfrutando temprano de canales y callejuelas, observando bajo el cobijo de un tranvía las zonas masivas, saliendo de los bordes marcados, respirando un día de campo en Kinderdijk y relajándome en el crucero más bonito que encontré.

¿Qué es lo más lindo de Ámsterdam? Me quedo con dos perfiles: el de los canales bajo la luz de la luna y el de una capital que ha equilibrado su belleza patrimonial con la desarrollada Holanda actual.

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