Una travesti vieja le dio a conocer un pasodoble popularizado por Sarita Montiel, y unos chicos del partido contra Pinochet le llevaron cajas con libros y un tubo de acero enorme que según Lemebel parecía un condón de dinosaurio. Después y con esto, surgiría una novela atrevida, folletinesca y eterna.
Tengo miedo torero, libro de título ambiguo: «¿Quién le teme a quién? ¿El torero tiene miedo a que el toro lo mate o es el toro el atormentado?», decía Pedro Lemebel. Una historia de amor y metralletas, música empalagosa, demasiada ternura, terroristas y travestis.
TENGO MIEDO TORERO – PEDRO LEMEBEL
Santiago de Chile, dictadura de Augusto Pinochet. La Loca del Frente, una travesti almodovariana, näif, ve un mundo primaveral a través de los mantones de manila que decoran su casa semidestruida por un terremoto. El barrio pobre la quiere. Se han acostumbrado a los cantos del picaflor que alegran toda la cuadra.

Afuera es 1986, año del fallido atentado a Pinochet: gases lacrimógenos, desaparecidos, detenidos, redadas, madres en la catedral pidiendo por sus familiares, toque de queda. La Loca ni sabe ni le interesa.
A ella, el corazón se le revoluciona cuando un joven buenmozo de nombre falso le pide guardar cajas con literatura prohibida. Entonces se enamora, se entrega y decide participar sin explicaciones de Carlos.
Tengo miedo torero tiene una base autobiográfica y hechos reales que Lemebel teatralizó. Él era así, su obra es así. Melodramática, cursi, comprometida, fuera de cánones literarios. Pero, aclaró: no hay confesiones, eso es de católico. Lenguaje sexual grotesco y explícito se vuelve poesía. Arte Lemebel.
«Ya no tenemos miedo, torero», repite la gente hoy.
La novela, única del escritor, entra en tiempos oscuros y en el microcosmo de homosexuales emplumados, travas viejas y maricas para quienes el amor y la vida eran (son) difíciles. [Uso palabras que a él lo identificaban.]

Otra pareja, Pinochet y Lucía (su esposa), se atraviesan intencionalmente en la trama. Las pesadillas del tirano lo ridiculizan convirtiéndolo en un figura infantil en un país que aún lo sacraliza.
A Lemebel todo el mundo lo leía. La gente en la calle, con copias piratas, porque lo quería; y la élite, a escondidas, lo gozaba clandestinamente pero no lo decía públicamente.
El homosexual políticamente incorrecto, que se paseó desnudo a caballo cual Lady Godiva y que su famoso manifiesto «Hablo por mi diferencia» fue una denuncia de segregación devenida en himno, ahora es progre: leerlo y decirlo.
TENGO MIEDO TORERO YA ES POLÍTICAMENTE CORRECTO.
Pedro Lemebel es un grande que excede cualquier moda y al que nunca le importó la vitrina. Kitsch, provocador, polémico, hizo de todo: hay mil Lemebel, cada día se levantaba con uno distinto, pero no existe nadie como él. Conocerlo implica adquirir boleto de ida, no se sabe adónde, pero sin retorno.
-MALENA FERNÁNDEZ
TENGO MIEDO TORERO – GPS

- Sección: VULNERABLES
- Dónde y cuándo: 1986, Santiago, Chile, América del Sur, América.
- Autor: Pedro Lemebel
- Páginas: 174
- Año de publicación: 2001
- TEMAS: novela, homosexualidad y travestismo, marginalidad y pobreza, literatura LGBTIQ+, dictadura, Augusto Pinochet, guerrillas, derechos humanos; Historia de Chile, literatura urbana, literatura chilena, literatura latinoamericana, literatura americana.

«Tengo miedo torero fue un desafío, una provocación frente al protagonismo mesiánico de los novelistas machos«.
«Me interesan las homosexualidades como una construcción cultural, como una forma de permitirse la duda; quebrar el falogocentrismo que uno tiene instalado en la cabeza. Creo que la cuestión homosexual tiene una lugar ganado. Hay una legalización, pero más allá de eso hay una homofobia ambiental en la subjetividad colectiva de los chilenos.
El camino legal y el de la mentalidad van por carriles distintos, tiene que pasar por la inserción en la sociedad. No como privilegio ni como algo políticamente correcto, sino como un devenir más en este abanico múltiple y polimorfo de la sexualidad en evolución».*
PRESENTACIÓN DE TENGO MIEDO TORERO
2001. Ex Congreso Nacional, para él representaba un museo de la política que había quedado estancada, donde había asumido Allende y donde se había dormido la ilusión de un país.
Evento multitudinario: políticos, cineastas, periodistas y casi ningún escritor.
Por supuesto fue un show. Lemebel entró caminando lentamente por una larga alfombra, ramo de claveles en mano y a Puro corazón de fondo en la voz de Luis Miguel. Vestido completamente de rojo: pantalón, chaquetea, zapatos altos, una boa que arrastraba por el suelo y sombrero de plumas.
CINES Y SEXO SUBTERRÁNEOS EN SANTIAGO
«La ciudad tiene un gran subterráneo por donde respira la líbido, los cines, los bares, los bajopuentes, los mercados persa». *
El centro de Santiago, lugar preferido de Lemebel (lo inspiraba) es famoso por sus galerías comerciales en los alrededores de la Plaza de Armas.

Entre oficinas, buena arquitectura deslucida, peluquerías y venta de productos y servicios baratos, existía (queda poco) hasta 2019 un mundo subterráneo de cines porno habilitados para sexo explícito orgiástico y prostitución; más homo que hetero. En las butacas y baños se veía, olía y escuchaba todo, aún con luz apagada.
De los míticos Nilo-Mayo, Roxy y Capri ha sobrevivido el último (el de la novela). Algunos figuran en Wikipedia y fueron territorio de cruising o cancaneo. [Búsqueda en lugares públicos de sexo casual con desconocidos, jerga LGBT.] Al Capri, donde la Loca se esconde con un taxiboy, lo encuentran en Portal Edwards bajo un curioso edificio de una sola ventana.
BUENAS NOTICIAS: CINE + LIBRO
Tengo miedo torero, película del 2020 que la pandemia impidió llegara al cine, versión del libro homónimo de Lemebel. Disyuntiva: ¿película y/o libro? Opinión: o excluyente, Tengo miedo torero libro.

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