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La dependienta

la dependienta, novela corta de Murata Sayaka

No somos todos iguales, afortunadamente. Seguir caminos más personales puede volvernos «raros» o frikis. En Tokio, la empleada de una konbini no encaja en la sociedad y se esfuerza por parecer «humana». ¿Quién pasa por el absurdo? ¿Ella, nosotros, los demás?

La dependienta, el libro de Sayaka Murata: para los buscadores de literatura japonesa actual y especialmente para quienes se sientan extraños, antisociales, libres, observados aunque no estén haciendo nada malo.

Keiko Furukura tiene 36 años –20 como dependienta– y ningún otro plan de futuro: soltera, sin hijos ni novio ni casa propia ni trabajo digno. ¿El problema? Se le va a pasar el arroz.

LA DEPENDIENTA – SAYAKA MURATA

En Smile Mart (guiño a las FamilyMart) todos los días Keiko Furukura, una especie de Amélie japonesa –sin el encanto de Audrey Tatou–, se halla a gusto. Hace dos décadas que cumple el mismo rutinario trabajo.

Vive sola en un pequeño apartamento arrendado. A Keiko no le apetecen ni el sexo ni el amor, claro que no es algo que pueda decir abiertamente.

Su empleo le resulta conveniente y le agrada su vida tal como es. ¿A quién le preocupa? Al resto. Con 18 años está bien: a su edad, ¡no!

La verdad es que, a la dependienta –imperturbable, absurda, sarcástica–, si el arroz se pasa, le da igual. No le importan los mandatos sociales ni las opiniones ajenas; aunque insiste en parecer «humana» dentro de sus posibilidades.

Se esfuerza por vestir «adecuadamente» para su edad, visita de vez en cuando a alguna amiga para mantener un mínimo de vínculos. Siendo honesta, preferiría quedarse en su casa.

Sayaka Murata airea con su estilo burlesco la tradicional, bella y triste, nostálgica, literatura japonesa. Interesante ingreso de esta escritora para los hispanohablantes; más interesante aún la propuesta.

Si pensamos honestamente en nuestra reacción tras leer la historia de Keiko, ¿qué tan tolerantes (ironía, no hay nada que tolerar) somos ante «las rarezas»?

-MALENA FERNÁNDEZ


SAYAKA MURATA: LA NORMALIDAD

La dependienta se inspira en la experiencia de la propia Sayaka Murata (1979); por años una Convenience Store Woman. Dejó la konbini, no sin olvido: necesita mucho barullo para poder concentrarse.

«La normalidad es lo único que socialmente está permitido. Ese concepto quedó en mí y es el origen de esta novela», señala. Y se sabe que no hay fronteras claras con respecto a la normalidad».

«En el pueblo de mi padre lo normal es comer insectos», apunta Sayaka Murata y no bromea.*

LA DEPENDIENTA, GPS

Ed. Duomo

KONBINI O TIENDAS DE CONVENIENCIA

Son una parte muy importante de la vida en Japón. Abiertas 24×7, puedes encontrar todo tipo de productos (más caros), y están por todo Japón. (Japonismo)

Fuente frecuente de empleo estudiantil, se trabaja por hora. Las konbini –del inglés, convenience– venden desde zapatos hasta hot dogs. Las populares Family Mart y las 7-Eleven se extienden por todo Japón en sus versiones maxi y mini (en el metro).

Konbini FamilyMart: la normalidad de Murata por mucho tiempo.

ROBOTS NORMALES Y ANORMALES

Detrás de la comicidad del libro La dependienta, una reflexión más profunda. Como parte de un mundo que homogeneiza, ordena los eventos de nuestras vidas y señala a quien elige otra cosa, la mayoría cumple como autómata con lo normal.

Keiko Furukura –la anormal– también interpreta a un robot; otro, pero robot al fin. Como posibilidad de existencia suena horrible, a ciencia ficción. Peligroso destino en una sociedad que premia por responder y no por preguntar.

VÍNCULOS Y DEBERES EN JAPÓN

Aki Shimazaki y Sayaka Murata hablan sobre los vínculos y estereotipos en la sociedad nipona, con El corazón de Yamato y La dependienta respectivamente. La primera, una voz conciliadora; la segunda, provocadora.

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* Nota para El Mundo. | El video utiliza material audiovisual de canva.
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