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Bangalore: qué hacer

Bengaluru (o Bangalore) es una ciudad inmensa al sur de la India, más desarrollada que otras del país, pero igualmente con niveles vergonzosos de pobreza. Es un destino laboral por las empresas de IT, pero también muy populoso por las universidades. Les contamos sobre actividades religiosas, cómo acceder a las ceremonias a Shiva y a Krishna y aprovecharlas sin saber el idioma.

QUÉ HACER EN BANAGALORE

Para quien ya fue a la India no será tan novedoso; pero para los que van por primera vez les recomendamos que lean -antes- la información práctica de otro artículo.

Para distraerse los fines de semana, les preparamos tres visitas muy locales. Si quieren ir de lunes a viernes, tengan presentes las distancias y el tráfico atroz de la ciudad: cada una lleva un día.

TEMPLOS: VISITAS A LA BENGALURU DEVOTA

La religión es muy trascendente para los indios e influye en su vida cotidiana y laboral. Símbolos, deidades y templos están perfectamente incorporados al paisaje urbano. Politeístas, fervientes monoteístas o aquellos que tienen sus favoritos: el hinduismo es una fe compleja (la principal del país), con amplias creencias y muchos dioses.

Shiva y Krishna son dos de los más importantes; sus templos en Bengaluru son imponentes y muy concurridos: el acceso es público, gratuito y una verdadera experiencia.

Sugerencia. Si van por cuenta propia a un templo, lean antes sobre las ceremonias porque son activas (el visitante sigue un ritual) y no hay explicaciones en español.

¿Por qué? 1) Para saber qué tienen que hacer (los monjes ayudan con gestos o con un inglés mínimo) 2) Para entender el significado de la vivencia.

TEMPLO ISKCON BANGALORE

Dedicado a la Conciencia de Krishna. El templo se recorre libremente -sin guía ni audioguía- siguiendo un circuito ceremonial fijo. Es necesario descalzarse (hay un guardarropa) y lavarse (no secarse) los pies antes de ingresar.


Para algunos, Krishna es un Dios Supremo e independiente; para otros, un avatar (personificación) de Vishnu (otro dios). Está reconocido en otras religiones y se lo suele representar azul y como un niño.


Se peregrina por varios templos menores hasta alcanzar el impactante Templo Mayor donde un monje hace la recepción, bienvenida y bendición. Lo que sigue es la ofrenda a Krishna de frutas y flores y la principal celebración: el Hare Krishna («Viva Krishna») con cantos y bailes.

MANTRA HARE KRISHNA

Hare Kṛṣṇa Hare Kṛṣṇa
Kṛṣṇa Kṛṣṇa Hare Hare
Hare Rāma Hare Rāma
Rāma Rāma Hare Hare

Antes de recuperar los zapatos y salir, se pasa por el ritual del fuego, se reciben presentes (dulces) y se accede a una galería-feria de comida, ropa y recuerdos.

Existe una entrada prioritaria, sin fila, que cuesta 600 rupias.

Como no se pueden sacar fotos ni filmar (sólo del exterior) les dejamos un video oficial que es bastante parecido a lo que se ve, aunque la experiencia no fue ni tan festiva ni tan íntima ni con los ritos que se muestran.

TEMPLO SHIVOHAM SHIVA DE BANGALORE

Shiva, «el destructor», forma parte de una trinidad junto con Brahma y Vishnu. Se lo representa en su forma humana o como falo (linga) simbolizando así la energía masculina. La forma linga la verán en muchos sectores y en distintos materiales. Frente a Lord Shiva, los devotos prenden un sahumerio.

El Pahadi Shiv Dam Yatra simula los cinco lugares más sagrados de la India que, para el hinduismo, peregrinar por ellos ayuda a alcanzar la liberación. Uno de estos sitios es Amarnath, donde se encontrarán con un Shiva-linga de hielo.

En el Punto Milagroso, frente a una fuente, deben arrojar una moneda y repetir siete veces una pooja (oración): «Om Namah Shivaya».

En el Templo Navgraha se recitan nueve veces una pooja al tiempo que se gira alrededor de los grahas. Está relacionado con el Universo, los planetas y con traer armonía a la vida.

Como en ISKCON, hay una entrada vip (5 dólares) que incluye las «atracciones especiales» (ofrenda, moneda, vela, etc.), además de evitar las filas. Se pueden sacar fotos y filmar. Al final, se reciben presentes.  

 

 

Monos y más monos, sagrados y plaga.

BANNERGHATTA: PARQUE BIOLÓGICO DE BANGALORE

Es un gran zoológico, parte del Parque Nacional Bannerghatta, con mucha vegetación, a 22 km de la ciudad (puede llevar unas dos horas llegar). La entrada incluye tres atracciones: zoo + safari + exposición de mariposas.

Hay un sector clásico con animales enjaulados (zoo) y otro con animales «sueltos» que se visita con vehículos del Parque (‘safari’). El ‘zoológico abierto’ es una amplia región de selva cerrada que reproduce los ambientes naturales y que está separada en grandes grupos: área de leones, de osos perezosos (herbívoros), de elefantes, de ciervos y de tigres.

 

Se recorre un camino preestablecido y fijo con distintos medios (y precios): bus comunitario (30 o 40 personas, las filas son muy largas), bus privado (hasta 18-20 personas, con y sin aire acondicionado) o jeep (hasta 8 personas, con o sin aire). Existe la posibilidad de quedarse a dormir en el Parque y, dicen, de acceder a zonas más salvajes en jeep o elefante. Vean: Jungle Lodges

Nuestra opción: bus pequeño con aire. 500 rupias (el jeep costaba diez veces más). Sólo traslado, sin guía. El A/C no tiene razón de ser: las ventanas están abiertas (con rejas protectoras) para tomar fotografías.

No se permite entrar plástico… excepto si se pagan 10-15 rupias. Se puede llevar comida o, dentro, hay feria y algún restaurante. Días festivos se vuelve multitudinario. Mención aparte la higiene: los baños están en estado calamitoso y hay espacios muy sucios y mal mantenidos.


¿Vale la pena visitar en Bannerghatta?

El Bannerghatta es uno de los grandes recomendados de Bengaluru por las guías turísticas. La expectativa de avistar animales en su hábitat natural y de un safari en medio de la vida silvestre… no se cumplió. En la página informan que es un centro de rescate y recuperación de animales maltratados y de conservación de especies en peligro. Ojalá así sea, pero nos permitimos dudarlo.

Desconocemos por qué los elefantes están encadenados y sí nos consta que muchos animales son alimentados por los visitantes con basura y desechos ante la mirada indiferente de los «cuidadores». Como parte de un Parque Nacional, al Bannerghatta le faltan controles para considerarse proteccionista. Y el «safari» lejos está de aquellos que nos permiten acercarnos a la naturaleza sin perturbarla.


 

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