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La Catedral de los Negros

La catedral de los negros Marcial Gala

«En realidad éramos unos inocentes, aunque ya desde entonces no teníamos futuro». Hay una Cuba caribeña, turística, revolucionaria. En Cienfuegos hay otra Cuba: la de Punta Gotica, la de Marcial Gala.

La Catedral de los Negros, libro icónico del cubano Marcial Gala, parte de su Trilogía de Cienfuegos,  pretende sacar a La Habana de su egocentrismo literario. La isla del Caribe ha dado a luz a varias generaciones de escritores fantásticos: Gala, que por suerte sigue inventando, es uno de ellos.

Punta Gotica: producto de la imaginación de Marcial como un derivado de la Ciudad Gótica neoyorkina. Foto original: Stephan Valentin / Unsplash.

LA CATEDRAL DE LOS NEGROS – MARCIAL GALA

Punta Gotica, barrio caliente de la ciudad de Cienfuegos, caldo de cultivo de marginales, delincuentes y asesinos.

En La Catedral de los Negros las calles arden, la comida escasea y las personas hacen lo que pueden –o quieren– para sobrevivir. Una generación entera –con tantas aspiraciones como frustraciones– crece a la par de una ambiciosa iglesia para pobres.

Con humor, Marcial Gala les da voz a estos cienfuegueros de vidas miserables y futuros truncados. Los «malos» –y los «buenos»– hablan entre sí y nos hablan, sin remordimientos ni culpas, con espontaneidad y mucha simpatía. Por eso, en parte, los perdonamos.

La Catedral de los Negros es una pequeña-gran novela maravillosa que recuerda –más sintéticamente– los gloriosos años del boom latinoamericano.

¿Cuál es el estilo? Estilo Marcial. Único, espontáneo, inteligente y con el mismo desparpajo que lo caracteriza. Por su estructura fragmentada, retrospectiva, polifónica y sustentada en el chismorreo de los vecinos hacen falta lectores activos y despabilados para reconstruir lo que va sucediendo.

El libro es una joyita. Consejo: léanlo cuando estén descansados mentalmente y con tiempo para hacerlo con continuidad.

-MALENA FERNÁNDEZ


LA CATEDRAL DE LOS NEGROS – GPS


MARCIAL GALA

«En esta novela me propuse que lo coloquial, lo testimonial, lo dialogado, que es una de las vertientes más fuertes de la literatura cubana, estuviera muy presente.

Se cuentan cosas muy terribles, pero se lo hace como de soslayo, como si cada uno de los narradores estuviera contando un cuento muy conocido. Quise que la novela la construyera el lector en su cabeza después de que cerrara el libro».*

Así, el Marcial arquitecto edifica una iglesia en su novela, pero nos da a nosotros la tarea de armar la estructura de los hechos.

 

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*Artículo de Cynthia Callegari (2017)

 

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